Una de las claves para reducir la cantidad de residuos generados es aplicar esta sencilla regla, que corresponde a las iniciales de “Reducir”, “Reutilizar” y “Reciclar”, que deben establecerse en este orden a la hora de gestionar los residuos.
a) Reducir
Es la forma de prevenir la generación de residuos y reducir su peligrosidad, disminuyendo así su impacto en el medio. Consiste simplemente en evitar que se genere basura innecesaria, evitando comprar productos con embalajes y envases innecesarios y usando los productos de manera adecuada.
Son muchas las formas posibles de reducir la cantidad y peligrosidad de la basura que generamos. Éstos son algunos consejos:
- Siempre que puedas compra productos a granel o en paquetes grandes. Evita los productos individuales y huye de los artículos de usar y tirar (platos, cubiertos, servilletas…)
- Evita el uso de productos peligrosos o sustitúyelos por otros menos dañinos (baterías recargables, tintas basadas en vegetales o en agua, limpiadores ecológicos, etc). En caso de ser imprescindibles asegúrate de usar sólo lo necesario.
b) Reutilizar
Todo aquello que no podamos evitar utilizar debe ser utilizado tantas veces como nos sea posible, alargando así su vida útil y evitando al mismo tiempo generar nuevos residuos. Nuevamente las posibilidades son infinitas. Algunos consejos que puedes tener en cuenta son los siguientes:
- No utilices productos de usar y tirar, prefiere elementos más perdurables (pañuelos de tela, cubiertos de metal, platos de cristal, carritos de la compra…). Si no puedes evitar comprarlos dale varios usos: rellena las botellas, lava los cubiertos y platos, reutiliza las bolsas de la compra, etc.
- Puedes dar nuevas utilidades a objetos que normalmente tires a la basura: por ejemplo: usa como trapos la ropa que no puedas donar, aprovecha los tarros de cristal para envasar otros productos, usa las bolsas de la compra para la basura en lugar de comprar otras bolsas para ello, etc.
- Dona o entrega todo aquello que todavía pueda serle útil a otra persona. Existen asociaciones que recogen ropa, ordenadores, mobiliario, juguetes, libros… y se encargan de hacerlos llegar a las personas que los necesitan.
Lamentablemente, muchas veces la reutilización de productos de “segundo uso” está estrechamente vinculada a la existencia de mercados donde sea posible adquirir dichos productos. Como mala experiencia en este campo, tenemos el ejemplo de los envases de vidrio en la que la opción de “romper para reciclar” extinguió la cultura del retorno, haciendo que desapareciera la red de plantas de lavado de dichos envases, y con ello los hábitos de reutilización de los mismos. Por ello, es necesario fomentar y apoyar las cada vez más escasas posibilidades de encontrar productos recuperados a los que es posible dar un “segundo uso”.
c) Reciclar
El proceso de reciclaje implica dar un nuevo uso a materiales y objetos que no pueden usarse para su objetivo inicial. A pesar de que el reciclaje de la mayoría de los materiales necesita de procesos que no se pueden hacer en casa, algunos productos sí son reciclables de forma casera:
- Jabón a partir de aceite vegetal.
- Papel reciclado.
- Compostaje: técnica para reciclar los residuos orgánicos.
- Manualidades y otras ideas creativas.
Separación de residuos domésticos
Aunque apliquemos la estrategia de las tres erres a nuestros residuos, existen materiales que no podemos reutilizar o reciclar en casa, sino que dependen de una gestión externa. Pero aunque esta gestión no se desarrolla en nuestras casas, puede hacerse mucho más sencilla gracias a una acción que sí podemos hacer en nuestros hogares: la correcta separación de los residuos, que es imprescindible para que los residuos puedan ser posteriormente reciclados. Separando los residuos según su tipología estamos por tanto facilitando el reciclaje.
Fuente: www.fida.es